Monday, September 04, 2006

Walter Scott








Es imposible ignorar la presencia de Walter Scott en la calle principal de Edimburgo. El monumento de inspiración gótica dedicado a celebrar su contribución como ilustre escocés está en pleno centro de la ciudad, estratégicamente situado en línea visual con el castillo al fondo, la parte antigua de la ciudad , los jardines de Princes Street y la New Town, que comenzó a construirse en el siglo XVIII. En el centro de este edificio, la estatua de uno de los hijos predilectos de la ciudad, a todas luces el hombre que inventó la imagen de Escocia tal y como la conocemos hoy a través de sus escritos, sus novelas históricas no sólo han marcado el modelo seguido por muchos otros novelistas, además colocaron- casi literalmente- a Escocia en el mapa mundial. Una tierra tradicionalmente denostada por su atraso industrial, y una pobreza crónica que forzaba a miles de sus habitantes a emigrar se convirtió a través de las páginas de Scott en un lugar casi místico, en el que el "espíritu del pueblo" se mantenía intacto entre las brumas de sus tierras altas. Esta idea aún sigue vigente en la imaginación popular. En muchos sentidos, Walter Scott es uno de los "padres" de la nación escocesa, un ejemplo importantísimo de cómo la literatura se convierte en uno de los ejes claves en el proceso de formación de una nación.

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